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viernes, 2 de enero de 2015

EL OJO DE LA AGUJA.

El sentimiento de calificar a la vida como abrumadora, es más común de lo que parece.
Y es verdad, en momentos frecuentes. Tanto en lo personal como el mundo que vemos a diario, los episodios  se suceden con este ritmo.
Sencillamente hay tanto que hacer y parece muy difícil encararlo. De hecho, no es una sensación agradable, sin embargo si te acercas un poquito más a su interior, te das cuenta que hay varios mensajes por descubrir.
Primeramente, acepta la existencia de "mucho por hacer". Posiblemente te sientas que "el agua te llega al cuello". Alégrate de ello. No venimos a este mundo para trabajar, únicamente en lo posible, o dentro de nuestros límites. El reto de una vida, es ir más allá de esos límites.
Segundo, al hacer una ligera evaluación de la vida, hasta hoy vivida, es posible que también sientas que no has hecho lo que pudiste hacer. Nos pasa a todos. Entonces se aviva la llama de tu gran deseo de trascender. De sembrar semillas buenas, de hacer huellas para que otros pasen por ellas, de terminar con los mejores colores, el lienzo de tu vida.
Hay un secreto, hacer una pequeña abertura para que la LUZ del Creador, pueda inundar tus acciones. Y no me refiero a específicamente una acción de tipo religioso, sino una espiritual. Por ejemplo hacer algo que no lo habías realizado. Una acción positiva.
Conectarse con la LUZ, no entraña que seas un gran sabio, sólo debes dar el primer paso... Sólo toma la iniciativa y el Creador se encargará del resto. Crea una apertura tan pequeña como el "ojo de una aguja" y comprobarás que es suficiente para lograr tu más caro anhelo.

Inicias el año 2015, depende de ti cuan feliz puede ser.

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