El sentimiento de
calificar a la vida como abrumadora, es más común de lo que parece.
Y es verdad, en
momentos frecuentes. Tanto en lo personal como el mundo que vemos a diario, los
episodios se suceden con este
ritmo.
Sencillamente hay tanto
que hacer y parece muy difícil encararlo. De hecho, no es una sensación
agradable, sin embargo si te acercas un poquito más a su interior, te das
cuenta que hay varios mensajes por descubrir.
Primeramente, acepta la
existencia de "mucho por hacer". Posiblemente te sientas que "el
agua te llega al cuello". Alégrate de ello. No venimos a este mundo para
trabajar, únicamente en lo posible, o dentro de nuestros límites. El reto de
una vida, es ir más allá de esos límites.
Segundo, al hacer una
ligera evaluación de la vida, hasta hoy vivida, es posible que también sientas
que no has hecho lo que pudiste hacer. Nos pasa a todos. Entonces se aviva la
llama de tu gran deseo de trascender. De sembrar semillas buenas, de hacer
huellas para que otros pasen por ellas, de terminar con los mejores colores, el
lienzo de tu vida.
Hay un secreto, hacer
una pequeña abertura para que la LUZ del Creador, pueda inundar tus acciones. Y
no me refiero a específicamente una acción de tipo religioso, sino una
espiritual. Por ejemplo hacer algo que no lo habías realizado. Una acción
positiva.
Conectarse con la LUZ,
no entraña que seas un gran sabio, sólo debes dar el primer paso... Sólo toma
la iniciativa y el Creador se encargará del resto. Crea una apertura tan
pequeña como el "ojo de una aguja" y comprobarás que es suficiente
para lograr tu más caro anhelo.
Inicias el año 2015,
depende de ti cuan feliz puede ser.